¡Hola mis Puntillers y amantes de las estrellas!
Septiembre ya está aquí mi mente y mi cuerpo aún están en mayo, y con él llega la temporada de uno de los signos más incomprendidos y, a la vez, fascinantes del zodíaco: Virgo. Este signo se asocia a las personas nacidas entre el 23 de agosto y el 22 de septiembre. Su elemento es Tierra.
A menudo, se les etiqueta de “obsesos del orden” o “demasiado críticos”, pero, como buen blogger astrológico que soy desde ahora mismo y por los poderes que me han concedido los micro plásticos que tengo acumulados en mis gónadas, estoy aquí para desmitificar y celebrar a estos seres analíticos, metódicos y, en el fondo, con un corazón de oro.
Si tienes un Virgo en tu vida (o si tú mismo eres uno de ellos. Yo tengo una Virgo), sabrás que su lema podría ser algo así como: "Si algo merece la pena hacerse, merece la pena hacerse bien".
Creen en la arquitectura del detalle, se dan cuenta de que el cuadro está un milímetro torcido, o de ese pedazo de lechuga alojado en toda tu piñata; organizan los cajones por colores y te recuerdan amablemente (con la mejor de las intenciones) que has olvidado un punto y coma en el email. Su "celebro" es como una base de datos impecable, siempre analizando, categorizando y buscando la forma de optimizarlo todo.
Regidos por Mercurio, el planeta de la comunicación, son mentes brillantes y lógicas.
Son excelentes en la resolución de problemas, ya que pueden ver el panorama completo y, al mismo tiempo, desglosarlo en partes manejables.
No esperes un arrebato de pasión desenfrenada, pero sí un apoyo sólido, un consejo práctico y una lealtad inquebrantable.
Son esas personas que te ayudarán a montar un mueble de IKEA sin perder la calma, o que prepararán el viaje con una planificación digna de la NASA y o incluso te recordarán la cita con el dentista que habías olvidado.
Pero la perfección, como bien saben, tiene su lado B. Su auto exigencia puede ser tan alta que, a veces, les paraliza.
El miedo a cometer un error les puede llevar a la inacción, y su crítica constructiva, si no se calibra bien, puede sonar como un dardo envenenado (doy fe, sin ser yo notario ni nada de eso). Sin embargo, su intención nunca es herir; simplemente, su naturaleza les impide ver un problema sin pensar en una solución. Para entender a un Virgo, hay que mirar más allá de la fachada crítica y ver su deseo genuino de hacer que todo funcione mejor.
En el amor, los Virgos son fiables y lo viven con esmero. No son de grandes gestos románticos, pero su amor se demuestra en los pequeños detalles: el café preparado por la mañana, un mensaje de ánimo justo cuando lo necesitas o un hombro en el que llorar. Buscan una conexión intelectual y emocional, alguien que entienda su necesidad de orden y que les ofrezca un espacio seguro donde puedan bajar la guardia.
En resumen, los Virgo son las heroínas discretas y los héroes prudentes del zodiaco. Mantienen el mundo funcionando sin alardes, trabajan duro entre bastidores y siempre están ahí cuando se les necesita.
La próxima vez que te encuentres frente a Virgo, en lugar de enfadarte por su comentario sobre tu desorden, abrázale y agradécele su compromiso con la excelencia. Al final, todos necesitamos un poco de esa energía Virgo para que la vida no se nos vaya de las manos.
¡Y ahora te toca a ti! Si eres Virgo, ¿qué característica te define mejor?
¡Déjamelo en los comentarios!
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