Tras la avalancha de comentarios y preguntas respecto a mi entrada de ayer (entre cinco y ninguno), hoy retomo mi relato.
El salseo vende y si es en primera persona, mucho mejor. No le hago daño a nadie y me ayuda a liberarme de las voces de mi cabeza que insisten en que me ponga licra y me pinte los labios de azul mate.
No me toques las palmas que me conozco!
Me había quedado en que acudí a mi doctor de cabecera para que me diera la baja. Eso fue el diez de abril.
A partir de ese momento empezó lo desagradable: días de estar todo el rato sin poder parar de llorar, inmerso en una profunda tristeza (como cuando interrumpieron sin aviso el episodio final de La mujer en el espejo), un agotamiento físico que no había sentido jamás (imagínate que eres el que le tiene que abrochar la faja a Trump. MENUDA FUERZA HAY QUE HACER! Y menudo asco!).
Me dolía el cuerpo entero, las piernas no me funcionaban, la espalda me estaba matando, ... Agotamiento mental absoluto. Esto no creo que se vaya a entender, pero hablo de no ser capaz ni de articular un pensamiento básico (ser de repente como un tronista). Y como guinda en el pastel, el insomnio. Cero horas de sueño, nada, ni un misero ratito. Los ojos como escarpias ... o era como vasos?
Tengo algo en la cara?
Volví de nuevo al doctor y tras escuchar mis síntomas me recetó ansiolíticos, antidepresivos y unas pastillas para poder dormir.
Los ansiolíticos empezaron a hacer efecto tras varios días y las pastillas para dormir me ayudaban a descansar tres o cuatro horas seguidas, aunque sufriendo espantosas pesadillas. No os las voy a describir porque no quiero que dejéis de leerme.
Aquí me gustaría destacar lo siguiente: el doctor no solo hizo oficial la baja, el doctor me ayudó. Literalmente le dije que necesitaba ayuda.
Hemos de acabar con el estigma sobre las enfermedades mentales. Cuando notes que algo no va bien en la "azotea", acude al especialista, pide ayuda, no te sientas avergonzad@. Si vas a la pelu cuando tus puntas están tan muertas como la carrera de Leticia Salchipapa Sabater, con las mismas hay que acudir al psicólogo y\o al psiquiatra.
Lo que habéis leído hasta ahora no fue lo único que acompañó al malestar de mente y cuerpo. Aparecieron fobias sociales y un trastorno de la personalidad. Una maravilla! Y es que he estado muy muy jodido, pero mucho.
A la gente que nos mira, a los enfermos mentales, con ojos incrédulos, y citando a la madre de mi querido Andrés: "solo les deseo media horita de esto, para que sepan lo que es".
Después de mi primera visita con la psiquiatra, fue ella la que tomó la decision de enviarme también al psicólogo. Por ahora y gracias a ellos, estoy más estable y noto los efectos de la medicación, aunque me desmorono con facilidad y las fobias sociales y el trastorno siguen ahí, pero más silenciosos.
Y hasta aquí por hoy, que de lo contrario esto se pone mas denso que la Nutella en invierno.
Gracias por leerme, gracias por acompañarme en este relato. A la gente cercana le pido disculpas por no haber sido tan detallista con el proceso, pero no me sentía preparado para asumir el sufrimiento de terceros por estar servidora tan jodida.
Ah! Y que no "tese" olvide compartir esta entrada. A lo mejor entre todas ayudamos a alguien, y eso me encantaría. Dale duro al me gusta, suscríbete y esas cosas que decimos las blogueras.
Eres grande, ser capaz de hacer reír con algo tan serio sin perder el respeto que merece el tema te hace único, me alegro que vayas saliendo de esto
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario. Mi intención es encontrar la risa ahora que estoy viviendo un momento tan delicado y, de paso, que se logre entender mejor que se siente cuando sufres este tipo de enfermedades.
EliminarLeo esto y me parece estarte escuchando, lo relatas tal cual te expresas en persona y eso hace que mientras lo lea sonría con tus ocurrencias. Eres muy grande! 😘
ResponderEliminarMe encanta que, a pesar del tema a tratar, trascienda el humor y mi personalidad
EliminarAnimo chiquillo!!!!!!!!!!! Que aquí estamos para leerte, para darte animos, para mimarte.
ResponderEliminarMuchas gracias! Como decia la gran Lina Morgan "maravilloso fue volver!"
EliminarEstoy contigo, basta ya de estigmatizar las enfermedades mentales. Todos deberíamos de ir, al menos, al psicólogo. Abrazo enorme
ResponderEliminarMuchas gracias Mar! Otro para ti
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