Año nuevo, vida nueva?

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa! 

¿Hartas de las Navidades y de toda esta feria de calorías y copazos? ¿Hartas de Cristina Pedroche? ¿Hartas de las galas de Nochevieja? Acompañadme en este bello viaje, en el que visitaré las novedades de mi vida como icono de la moda y la modernidad (de barrio). Son muchos los giros que ha dado el guión de mi vida y ya sabéis lo que me gusta ser el centro de atención.

Cariñas mías, en primer lugar, tengo el placer de deciros que estoy escribiendo con el teclado de mi nuevo ordenador de mesa. ¿Cómo te quedas?

Ya basta de volverse loca y de destrozarme la manicura francesa escribiendo con la tablet. No sé como no he acabado dándome cabezazos contra mi nevera de inox y tres puertas, tras exponerme a tremendo suplicio. Ahora, con la pantalla del ordenador, todo es más grande (como cuando me miro al espejo y me detengo a la altura de mi doble barbilla y/o mi cintura).

Antes de la medicación. Después de la medicación.

Y ya que estamos juntas, en este glosrioso día, quisiera de compartir con vosotras una cita de mi filósofa favorita:

 

"Arrasando con la vida
Cosechando la alegría
No hay obstáculo que me impida
Disfrutar de un nuevo día
Arrasando con lo bueno
Desechando todo lo malo
No hay oscuridad que cubra
Esta luz que en mi deslumbra", Thalía.

 

¿Qué mantiene a servidora entretenida y ocupada últimamente (además de los polvorones y los dátiles con bacon)?

 

Pues los estudios.

Sí, soy estudiante. Y no de cualquier cosa, no. Estoy estudiando un Certificado profesional (los títulos de las que no podemos ir a la privada) para ser docente (decente nunca fui, no soy y nunca seré).

 

¡Mi futuro está en la enseñanza! Yo pensando, toda mi vida, que mi futuro estaba en repartir octavillas delante de un Compro Oro en la calle Montera de Madrid.

Cualquiera va ahora por allí estando la Ayu en el poder. ¡Qué miedo!

 

De hecho, ahora mismo, debería estar estudiando y no queriendo ser la nueva Jackie Collins (prólifica escritora y hermana de la fabulosa Joan Collins). Pero he decidido apartar mis estudios por un momento, como si fuese Isa P o Alejandra Rubio (que estudian a ratos y son pocos. Los ratos), para estrechar los lazos con mis lectoras.

El curso está siendo toda una experiencia. Casi que ni recordaba como escribir a mano, ni como hacer resumes de las lecciones o tomar apuntes. Últimamente estaba más en el campo de controlar la ansiedad y de no escuchar esas voces que me decían: ¡máquillate en tonos azules y hazte raya al medio!

Menos mal que nunca les hice caso.

Hasta llevo mochila, libretas y estuche. Solo me falta la falda de cuadros y las coletas con lazos de raso. Pero esa etapa de mi vida ya queda muy lejana. Los años de colegio católico están enterrados bajo seis kilómetros de tierra (y cemento).

Me siento en primera fila, no por pelotillera. Es que no me fío de mi capacidad de atender si estoy sentada al final. Me distraigo con cualquier cosa. Y si la cosa es Andrés Velencoso, ni te cuento lo distraida que puedo acabar...

 

Es toda una experiencia volver a clase siendo un adulto. La perspectiva cambia por completo y resulta muchísimo más agradable y satisfactorio.

 

Hasta me planteo seguir formándome y acabar siendo Profesora con todas las de la ley, con títulos, fotos serias y todo lo demás. Será cuestión de hacerme a la idea de usar jersey y rebeca a juego, para ir de profesora respetable, con mis perlas y mis mechas.

 

Por lo demás, si me seguís en las RRSS ya estaréis más o menos al tanto de todo. Sigo coleccionando muñecas, sigo sacándome muy pocos selfies ya que aún no me he hecho a la idea del cambio físico que ha supuesto la medicación psiquiátrica (que también podría tener otros efectos secundarios que no fueran ponerse como seis autobuses), he cambiado de gafas y he vuelto a la gomina. Como si fuese 1996 otra vez.

 

Sigo soltera (espero seguir así por muchos tiempos) y con la misma vida social que ese limón que todas tenemos en la nevera. O sea, ninguna. Cero unidades de vida social.

 

Gracias por acompañarme otro años más. Gracias por ser las mejores lectoras del mundo y gracias por hacerme caso y venir a visitarme de vez en cuando. Que me da mucho gozo teneros por aquí.