Mis cosas

Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!

Puntillers mías, míos y míes, a estas alturas ya sabéis que no me corto un pelo a la hora de compartir mis vivencias con mi queridísimo y selecto público. Por eso mismo hoy tengo lo que tengo.

 

Mi psicóloga me recomendó, como ejercicio, redactar una carta a la Ansiedad, a la mía. Y eso es lo que hoy váis a "de" leer.

Este texto está basado en mi experiencia personal con la ansiedad, cómo la he vivido yo, cómo la he experimentado yo y no sé si encontraréis puntos en común durante su lectura.

Ay, qué horror! Me pongo seria y no me siento cómoda, Patricia. (esto es una referencia televisiva)

El caso es "deque" os dejo el texto que hoy he leído delante de mi (maravillosa) psicóloga, de la Fundación Viktor Frankl, dando por concluidas nuestras sesiones en esta etapa.

Aquí voy:

"ANSIEDAD, te veo y te acepto. 

Nunca pensé que este momento llegaría, pero aquí estoy, escribiéndote una carta. Una carta que te hace real y que te concede tu lugar.

Ahora ya sé que siempre has estado conmigo, desde que tengo memoria, pero durante muchos años no te miré a los ojos directamente. Tuviste que hacer “sonar las alarmas” para llamar mi atención.

Sé que estás aquí desde siempre, porque ahora ya entiendo esos momentos en los que me sentía completamente superado, cuando era pequeño y empezaba a llorar de manera inconsolable. O de adolescente, cuando mi estado de ánimo cambiaba en cuestión de segundos sin poder evitarlo y dejándome bloqueado a todos los niveles.

También ahora soy capaz de entender esa sensación de nada y de todo, a la vez, que empezó a asaltar mi mente en la edad adulta.

¿Qué haré? ¿Qué pasará? ¿Cuándo pasará? ¿Cómo estaré? …

Nunca en presente y siempre en futuro, como si realmente tuviese algún control sobre él, como si pudiese influir en él.

Pero no todo, por tu parte, han sido lastres.

También pones luz.

Ahora me conozco mejor y me reconozco. Sé que estás aquí y hemos de funcionar en modo amigos, no en modo enemigos.

Te veo y te acepto.

También me llenas de fuerza.

No solo sirves para paralizar. También me haces estar alerta y preparado para tomar decisiones de manera rápida. Incluso me has hecho escuchar más atentamente a mi intuición.

Te veo y te acepto.

También me enseñas.

Ahora que te veo y te acepto, sé cómo eres y sé cómo soy cuando estamos juntos, muchas cosas ya no tienen el impacto de antes. Has cambiado la manera en la que focalizo mi atención y me has enseñado a canalizar mi energía cuando, realmente, es necesario.

Al menos así lo percibo.

 

Y para despedirme, pero sin decirte adiós, gracias por ponerlo difícil. Has hecho mi vida más interesante."