lunes, 23 de noviembre de 2020

Gracias depresión

 Hello helloooooooooo, Puntillers! Cómo está yendo la anormal normalidad? Todas bien? Todas sanas? Todas usando mascarilla y gel hidroalcohólico? Recordad que lo hacemos por nosotros y por los demás. Aquí no hay sitio para negacionistas, ya sabéis que Miguel B. está vetada de por vida en este vuestro blog.


Como hilo por puntilla

Dueña y señora del BLOG, hago lo que se me pasa por el faldón.

Hashtag: todo esto es MI casa!

Las mascarillas son incómodas, no nos dejan mostrar la colección de pintalabios rojo Cadillac, ni los brillos de labios, PERO nuestra obligación como seres humanos es transformar lo negativo en positivo, para sobrevivir, así que siempre las podemos decorar con cristales y/o lentejuelas y/o flecos y/o encaje y/o luces... ya está cerca la Navidad, qué mejor momento que este?

Hoy la entrada es especiala. Y vosotras diréis, las otras no lo son? Qué hemos estado haciendo hasta ahora? Las pavas? 

Tranquilas. Todas son especialas, pero esta lo es una mijita más. 

"Gracias depresión" es una reflexión, propuesta por mi psicóloga, para redactar una carta al "giro dramático del guión", enumerando todo aquello útil y beneficioso. Hablando en Swaroski: pá enumerar lo güeno de esta gran bajona.

Asín que,  allá va:

Maldita depresión, te odio, pero mogollón. Llegaste para ponerlo todo patas arriba en mi vida.

Has sido una frenada en seco que ha alcanzado el total de mi mundo. Como diría aquella señora que se hizo viral por pedirle una casa a su alcalde, hice PAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Y todo se fue a la M...

De todas formas, he de reconocer algo, hasta en este pantano fangoso en el que salté de cabeza, "han nacido flores de loto" (lo escuché el otro día en una peli coreana y me juré utilizarlo en el blog).

- He recuperado partes de mí que daba por extinguidas.

Entendiéndose que son partes emocionales. De mi personalidad, mis gustos, reacciones, estímulos, sentido del humor, empatía, ... Muchas, estaban tan diluidas que he tardado años en recuperarlas.

- He estrechado los lazos con mi perro.

Hasta ahora, no me había sentido próximo a él. De hecho, no nos prestábamos atención el uno al otro, hasta el día en el que enfermé y se acercó a mi cama para ver qué me pasaba. Solo lo entenderán los dueños de mascota. Las mascotas salvan vidas.

- He saldado cuentas pendientes con mi yo de la infancia.

Las muñecas que nunca tuve, han pesado en mi desarrollo y viaje a la madurez como losas gigantescas. Resolver ese vacío aceptando y cultivando mi amor por Barbie, me ha hecho avanzar mucho más rápido hacia la recuperación de la salud. 

- He entendido de dónde venía la obsesión insana que tengo por agradar a todo el mundo.

El miedo al abandono, a la soledad, a no ser aceptado, a no encajar, ... me han hecho doblegar mi personalidad y adaptarla a un modelo estándar, para no llamar la atención, para encajar, para gustar. Agotador, os lo aseguro. Psíquica y físicamente.

- Por fin sé el motivo del fracaso de todas mis relaciones sentimentales.

Leer el punto anterior.

En ninguna relación fui yo. Es triste, pero ha sido siempre así. No las he podido vivir en plenitud al no ser yo el protagonista. Siempre era el personaje que creaba para gustar y que no me dejaran. 

Posdata: nunca ha funcionado.

- He descubierto lo tranquilo que se está sin pensar en el sexo.

Un hombre que no piensa en sexo?!?! Así es.

Al principio se me hizo raro, llamativo. Pero es una tranquilidad no tener medio cerebro o más centrado solo en sexo. 

Está siendo un gran regalo tener ese tema en pausa (los antidepresivos "anulan" el apetito sexual, en mayor o menor grado, aunque depende del paciente).

- Me he quitado la careta con algunas personas.

He dañado algunas relaciones, con mis pensamientos y emociones actuales hacia ellas. Pero sé que es positivo para mí, tal y cómo estoy ahora. El tiempo todo lo cura y todo lo pone en su sitio. No tengo prisa.

- He aprendido a elegirme primero.

Esta es fácil y muy recomendable.  He de estar yo bien para poder estar bien con los demás. 

No hay otra fórmula.

- A decir no.

Para protegerme y auto cuidarme.

- A decir si, pero con condiciones.

De nuevo para protegerme y auto cuidarme.

- He aprendido a no huir del dolor.

El dolor hay que aceptarlo como parte de la vida. Está, estuvo y estará. Hay que entenderlo, ver de dónde viene y dejarlo marchar. 

Con la práctica se consigue.

- He recuperado mi idilio con la costura.

Recuperar mi yo creativo ha evitado que perdiera el control (del todo). Concentración,  psicomotricidad fina, creación, imaginación, rutina, ... indispensables como recurso para luchar contra la ansiedad y la apatía absoluta, entre muchos otros recursos y herramientas que estoy desarrollando con la terapia.

- He vuelto a abrazar mi yo creativo.

Soy creativo y debo atender esa necesidad. Forma parte de mi vida y no quiero perderla.

- Me gusta como soy y como estoy, por fin.

A pesar de todos los cambios físicos y psíquicos, me gusta lo que veo en el espejo. Me quiero y me quiero bien. Me acepto, me entiendo y me perdono.

- Ya no doy tantas explicaciones. 

- No soy tan moderno como pensaba.

Es difícil escapar al contexto. Crecemos con los mensajes que nos rodean y se nos insertan en el cuerpo, siendo conscientes o no. Así que hay que detectar esa parte, aceptarla y, si no estás de acuerdo, reeducar para evitarla. Crecimiento personal continuo.

- Soy un romántico empedernido (por intoxicación externa).

Leer el punto anterior.

Soy lo que soy por el contexto y estoy de acuerdo con eso.

No lucho contra mí mismo. Me escucho, me entiendo, me acepto y continúo. No puedo renunciar a ninguna de mis partes o estaré engañándome. Todo es Ramón. 


Y todo esto te lo debo a ti, depresión. Sin ti no hubiese experimentado este crecimiento personal.

Estás siendo muy dura conmigo, pero también muy generosa. Hasta en lo más malo de lo malo, sí estamos pendientes,  hay cosas buenas. Esas son las flores de loto en el pantano fangoso. 


Como hilo por puntilla



Recordad que este es mi testimonio, mi experiencia y mi viaje con la salud mental y emocional. 

El tuyo puede ser igual o completamente distinto, pero será válido, será el tuyo, único y personal. Atendidos y guiados siempre por las y los especialistas. Psiquiatras y psicólogos de la mano para curarnos y ayudarnos a continuar con nuestras vidas.


Os quiero, os adoro y me dais la vida.

Gracias por estar aquí, conmigo.

2 comentarios:

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