La mala

Hola hola hola Puntillers!!!!!!!!!!!!! Qué ganas tenía de escribir esto! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Os he echado de menos. No sólo por lo que me gusta saber que venis a este vuestro blog, a enteraros de las últimas tendencias: No mi amor! Qué va! Quítatelo de la cabeza!

Os echaba de menos porque soy una egocéntrica y mancanta saberme leída (y visitada).

Yo esperando vuestras visitas y comentarios.

Y os preguntaréis qué ha estado haciendo la Doña (yo) todo este tiempo, sí me he teñido, sí he visitado a la nuera de Matamoros para hacerme la cara nueva, sí he vuelto a fumar, ... Si, si y no.

"Enverdá" he estado bastante jodi... fastidiada ya que sufrí una recaída en mi depre. Tuvieron que aumentarme bastante la medicación y, a pesar de haber vuelto a trabajar, me vi obligada a volver a pedir la baja.

Al consumir los 365 días de baja, me sometí a un tribunal médico (la peor experiencia que he tenido en mi vida. Incluso peor que la relación que tuve con un checo y eso es decir una barbaridad).

Ir al tribunal médico es acudir a un despacho en el que una funcionaria chiquitica como Ariana Grande, con bata blanca y rubio ceniza, va a conseguir que te sientas una marginal que sólo se dedica a estafar al gobierno de su país y todo eso llamándote deficiente mental con palabras técnicas. 

El caso es que para la próxima visita me he apuntado a clases de tiro con jabalina... Espero que ese día lleves calzado deportivo,  querida doctorSita.

En otro orden de cosas, muuuuuucho más positivas, he acudido a una psicóloga que ha supuesto un giro de 180 grados en todo esto de mi depresión. 

Pausa.

Por favor, ROMPAMOS el tabú que seguimos teniendo sobre la salud mental y emocional. No es lógico que sintamos vergüenza cuando nos ponemos malitos de la mente y las emociones. Nadie siente vergüenza de un esguince. Nadie siente vergüenza de un catarro.

Ir a la psicóloga es tan necesario como beber agua, incluso de vez en cuando para chequear cómo estás. Igual que nos controlamos el colesterol.

Sigo.

He descubierto muchas cosas de mí que no sabía que estaban. He entendido muchas otras que no era capaz de ordenar. Estoy aprendiendo a gestionar mis emociones de manera útil. La psicóloga me ha devuelto a un Ramón que pensaba que ya no estaba.

No os hacéis una idea de lo que eso ha supuesto.

En palabras de La Isla de las Tentaciones: ha sío pá fliparlo!!!

La Mala ha vuelto.

Tras haber vivido todo este proceso y sumando todo lo que aún me queda, he adquirido el siguiente compromiso: a María Patiño pongo por testiga de que, desde mis plataformas de metacrilato transparente (que va con todo), haré lo posible y lo imposible para fulminar el tabú. El juego de mesa no, el otro tabú,  el que existe sobre la salud mental y emocional.

Chica, es que parece que sea la maldición del faraón! Tanto secreto y tanta pamplina! 

Que ponerse mala de las emociones va con la naturaleza humana. Somos muy muy complicadas, maquinaria sofisticada. Y en algún momento necesitaremos una puesta a punto. Eso es así, hay que aceptarlo de manera natural y desde las ganas de conservar nuestro bienestar.

 

En la próxima entrada hablaremos de Barbie. Ese es otro tema.

Os quiero, os amo, os adoro y espero que todas y todos estéis pasando esto del tiaravirus lo mejor posible y con todos los vuestros en perfectas condiciones.

Usad mascarilla, lavaos las manos y mantened la distancia social todo lo que os permitan vuestras obligaciones.

Me dais la vida!