Gracias

Hoy estaba en el banco y he empezado a encontrarme mal. Pensaba que era el calor de la calefacción y que me estaba mareando. No era eso. Ha sido un ataque de ansiedad.



He tenido que salir a la calle porque las paredes de la sucursal se me caían encima y la calefacción me asfixiaba. También ha dado la casualidad que se ha llenado de gente y me he sentido arrinconado.

Al salir a la calle todo ha empezado a dar vueltas y ya no podia controlar la respiración. Por suerte estaba Victoria. No recuerdo su cara. Pero ha cogido mi mano y me ha ayudado a recuperar el control de mi respiración. De repente estaba sentado y no sé de dónde ha salido la silla ni nada.
Había una señora con acento argentino que ha estado animando a mi madre que se encontraba un tanto abrumada por la situación.

A pesar de la existencia de monstruos como Alicia Rubio, sigue habiendo gente buena en las calles. Gente que no duda a la hora de ayudar a un desconocido cuarentón que ha salido de un banco tambaleándose y en camiseta de manga corta mientras arrastraba la cazadora por el suelo.

Ha venido el 112 y hemos ido a mi ambulatorio, me ha atendido mi doctora y hemos vuelto a casa.

Ha sido un día raro y duro pero reconforta mucho ser testigo de la bondad y de la empatía (Alicia Rubio nunca sabrá lo que es eso, aunque viviera diez vidas seguidas).

Esta entrada se la dedico a la enfermera Victoria y a la señora de acento argentino que animaba a mi madre y a los señores que han llamado a la ambulancia, a la camarera de la terraza con acento colombiano que me ha ofrecido agua, ... y no sé si había alguien más, pero GRACIAS tod@s!