Trazar la línea

 Hello hello hellooo, Puntillers! Bienvenidas a otra "edición" de este vuestro blog. Aunque esto es como Cantora, de visita podéis venir pero: "TODO ESTO ES MIIIII CASA!" 

EEEEEEEEEEEEEEEEH!

Imagen sacada de AQUÍ

Y hablando de fincas, lindes y Cantora, hoy vamos a reflexionar sobre dónde trazar la línea. Y no me refiero a la del ojo y pintarse como una mapache alcohólica en mitad de la noche, no. Hablo de los límites personales, esos que debemos establecer para que no saqueen nuestra energía (parezco Paris Hilton, con mejores caderas, pero soy un poco mística).

Esta semana, mismamanta, hemos tenido un ejemplo güenísimo con un Combate Pokémon entre María Teresa Campos e Isabel Gemio. La Campos trazó una línea más gruesa que la capa de botox en la cara de Melania Trump(etita).

¿Cuándo y cómo la trazó? En el mismo momento en el que Isabel Gemio le sacó (en toa la morra) el hecho de que pronto cumplirá 80 años. La Campos decidió contestarle con un rotundo: " y tú eres una cerda!"

Una pionera de los medios de comunicación y que sentó precedente televisivo. Qué a nadie se le olvide!

Imagen sacada de AQUÍ

¿Fue la manera más adecuada de trazar la línea?

Sí eres de mi barrio, esa es una de las dos opciones. La otra es quitarse los pendientes y empezar a arañazos.

Sí eres de bulevar o de avenida tal vez encuentres lo de llamar CERDA a la presentadora de Sorpresa Sorpresa (inolvidable sintonía), una auténtica ordinariez. Efectiva, nadie lo duda, pero excesivamente visceral.

Como en todo, no debemos dejar de lado la educación y la clase (a excepción de cuando toca karaoke con barra libre de sangría y listas interminables de canción ligera y copla). Por lo que el Método CERDA no sería el más recomendable. Hay que encontrar maneras más constructivas de trazar la línea.

¿En qué nos vamos a fijar para trazarla? En nuestros sentimientos. Sentirse incómodo con/en una situación es un aviso de que la línea está siendo traspasada. Un comentario fuera de lugar, una invitación que no deseas aceptar, ... en esos momentos en los que sientes la necesidad de cruzar los brazos y las piernas, son los que resaltan la urgencia de "replantear posiciones".

Hagamos un alto en el camino para aclarar que Trazar la Línea (qué pesada eres maricón!) no significa volverse antisocial, evitar cualquier encuentro o diálogo y cerrarse en banda como cuando a Rafa Mora la preguntan cuánto es cinco por cinco... 

Cuando hablo de la línea me quiero referir a tomarse el tiempo necesario (reflexionar) la manera de afrontar los hechos que nos rodean.

Somos seres sociales y querer huir de eso es como mi metabolismo y los polvorones, una batalla perdida.

Somos nosotras las que debemos elegir hasta qué punto vamos a permitir, a los demás y a sus interacciones, "invadir nuestro reino". ¿Mesentiende?

Con todo esto de convertir mi "momentum" con la salud mental y emocional en un reality, mi única intención es acercar el proceso al máximo de personas posibles. Arrojar luz para tumbar el tabú existente al respecto. 

Mi enfermedad no me ha convertido en una asesina en serie, ni quemo contenedores, ni me da por quitar la nieve a palazos ante los medios de comunicación. Mi enfermedad ha provocado malestar, la necesidad de parar, de pedir ayuda, de buscar los motivos y de comenzar a sanar. Eso es la salud mental y emocional, cuidarse.

Hay qué ver lo bien que hablo y las piernas tan bonitas que tengo!

¿Qué vamos a conseguir trazando la línea? Que no dejemos de ser nosotros, midiendo los niveles de implicación con los otros y con las vivencias que tengamos con ellos. A decir que no. A decir que si pero con condiciones. A marcar unos límites. 

Recordad que esta humilde bloggera no es psicóloga, pero está asistiendo a terapia desde hace muchos meses y quiere compartir con todas vosotras su experiencia (y que la encanta ser el centro de atención).

Os quiero, os adoro y espero seguir recibiendo vuestras visitas, sintiendo vuestro amor y también acepto joyas en oro blanco. Va con todo. 

Usad mascarilla, gel hidroalcohólico y lavaos las manos concienzudamanta, que ya queda menos.