Anoche salí.
Fuimos a The Muse, un local que hacía muchos tiempos que no pisaba.
Al ser viernes, la edad media de los clientes era de 16 años.
Me sentí Angelina Jolie a punto de adoptar seis nuevos hijos.
Dios mío qué joven todo el mundo!
La música, un espanto: Dua (Ca)Lipa y Bad (feo de narices) Bunny. Dirigida a los chiquillos que estaban allí. Cinco compartiendo un cubata, y las cuarentonas, que se pagan las copas de dos en dos, teniendo que aguantar esa música horrorosa. Y mira que pedíamos Camela y Chenoa... Pero no había forma humana.
Era gracioso escuchar a los chiquillos, que se sabían todas las letras del reguetón, hablar de sus problemas de veinteañeros... tengo que estudiar, el Migue no me devuelve los whatsapps, la Vane está por mí pero yo no soy lesbiana, hoy me he puesto botas a la rodilla pero planas, ... Y nadie llevaba abrigo!! Con un frío de tres pares de narices.
El local olía a hormonazas de pletórica juventud y perfumes de imitación.
Para ser tan jóvenes, fuman mucho y beben más. O les afecta muchísimo por la falta de costumbre, no sé.
El caso es que se nos agotó la paciencia, o nos invadieron los complejos de la edad madura y nos fuimos a otro sitio más decadente.
La noche fue muy divertida y yo estrenaba sudadera y perfume (güeno). Me hacía falta estar con mis amigos, cenar con ellos, verlos achisparse con los cubatas y acompañarlos en sus monólogos sobre la necesidad del cuerpo de llevar una vida sana mientras bebían y fumaban. Yo llevo cinco meses sin fumar y desde abril del año pasado sin tomar una copa. El alcohol es incompatible con mi medicación.
Hoy estoy como si me hubiese caído por un terraplén. Me duele todo.
Maldita vejez!
Frase de la noche:
- tú follas?
- yo?! Yo no me tiro ni al suelo!
Feliz sábado.
Yo también odio a cualquier bicho viviente de menos de 35 años, cuántos menos años más odio siento, lo siento pero cuántos más años tengo yo menos miedo tengo a ser sincero, el sabado yo trabajando a las 8 de la mañana con mi polar, dos mangas,guantes, calcetines termales, descargando rápido para no helarme y de repente me pasan dos comiendo churros (se notaba a la legua que iban de regreso después de estar de marcha) los dos con camisa de algodon con solo tres botones abotonados, pantalones tobilleros ¡Y zapatos con pinkies! Desee que al cruzar el paso de peatones por el que iban los hubiera atropellado un camión! Lo reconozco, me dieron envidia pero no de esa sana ¡Que va! ¡De la mala!
ResponderEliminarNo hay duda de que ese frío solo lo resisten los metabolismos jóvenes, porque yo estaba congelado. Hasta la nariz me dolía de la rasca, y no te cuento las orejas.
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