Segunda parte

Hola Puntillers!

Otra vez montando en esta noria.

La depresión ha vuelto. Debe ser que le he caído muy muy bien (como a las ladillas adoran al velludo).

Aunque esta vez me pilla con experiencia, con bien de callo hecho y sabiendo que de esto se sale, con ayuda pero se sale.

Esta entrada del blog va dedicada a todas aquellas personas que están pasando por lo mismo que yo, para compartir mi experiencia y para que encontréis un pequeño refugio (pero con estampado de leopardo y mucho dorado).

Sabéis que siempre intento hablar desde el corazón y no dejarme nada dentro. Al contrario que la jarra Brita, yo no tengo filtro.

No es mi primer rodeo y he podido reconocer las señales a tiempo, poniendo en marcha automáticamente las acciones que ya me ayudaron a salir de esta situación: contactar con mi psiquiatra y con mi psicóloga.

En esto de la salud mental y emocional las recaídas están ahí y no hay que olvidarse de ellas. Forman parte del camino a recorrer y no deberían pillarnos por sorpresa.

Tanto si es una recaída o si es tu primera vez por estos lares, pide ayuda. Pedir ayuda no te hace débil, no te hace menos fuerte, no te convierte en bicho raro. Pedir ayuda es el primer paso para recuperarse. Pedir ayuda es un acto de valentía. Pedir ayuda es infinitamente saludable.

Permítete atender a las necesidades que tienes en estos momentos, no les des la espalda. Igual que no se la darías a un dolor de muelas. Descansa si lo necestas, llora si te vas a sentir mejor, pasea si te relaja, mira una serie, lee, ..., pero incluye en esta fórmula a las y los especialistas. Nos van a hacer falta en esto.

Ojalá a mí me sirviese aquello de comparar mi vida con la de las personas que lo están pasando objetivamente peor que yo, pero no me sirve y lo he intentado muuuuchas veces. Mis emociones no funcionan de esa manera.

Yo sé cómo me siento, sé los pensamientos que me asaltan y sé el nivel de energía que tengo en el cuerpo, pero explicarlo no resulta nada sencillo. Por eso es difícil de entender para aquellas/os que rodean a una persona con depresión y las/os hace sentir frustradas/os y confusas/os. Al igual que todas las enfermedades, afecta al paciente y salpica a su entorno.

Va a ser un camino duro y complicado de andar, pero se puede hacer. Cada persona lo hará a su manera y a su tiempo, pero siempre con ayuda. No estás sola, no estás solo.

Quiero compartir el enlace a la asociación que me está ayudando en todo este proceso, por si os sirve para encontrar la ayuda que necesitáis o si os sirve para poder recomendársela a otra persona.

Asociación Viktor Frankl, Valencia

Os mando mil millones de abrazos y muchas muchas gracias por la visita.

Estamos juntos en esto.